San Blai, el sanador del dolor de garganta
El año 316, cuando lo conducían a la cárcel, una madre lo detuvo llorando porque su hijo se había clavado una espina en la garganta y no respiraba.
El prisionero era muy buen médico, y consiguió curar al niño, pero poco después el fue martirizado y decapitado. Desde entonces, se considera el protector de estas enfermedades.
Una frase típica conocida por todos los habitantes de Tivissa es: Sant Blai gloriós, cureu-me la tos